Una de las grandes necesidades de los monarcas renacentistas era poseer embarcaciones basadas en nuevos sistemas de propulsión, contar de mecanismos eficientes que permitiesen atacar a los barcos enemigos Desde el fondo de mar, incorporar a sus flotas navíos que pudiesen navegar por las cuencas fluviales… Para satisfacer todas estas insuficiencias desfilaron por las interrupciones europeas un dilatado número de inventores con unas máquinas aproximadamente prodigiosas. En la corte de Carlos V recabaron técnicos europeos de diversas procedencias, en buena medida atraídos por el prestigio y la riqueza de la Casa de Austria. Aparte de los extranjeros hubo Asimismo algunos ingenieros locales, entre ellos subrayó Blasco de Garay (1500-1552), un inventor excepcional. El primer barco de palas
En su árbol neuronal… Ver Más
