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Predicen la existencia de corrientes en el océano subterráneo de Encélado

Enterrado bajo 20 kilómetros de hielo, el océano subterráneo de Encélado, una de las más prometedoras lunas de Saturno, semeja agitarse con corrientes afines a las de la Tierra. La atrevida idea, colegida de la manera de la capa helada que recubre Encélado, desafía la vigente teoría de que el océano global de esa luna es homogéneo, con la excepción de una serie de movimientos verticales, que mezclan las capas de agua, impulsados por el calor del núcleo de la luna. Encelado, el sexto mayor satélite de Saturno, es una chiquita esfera de 500 km de diámetro (1/7 de la luna de la Tierra). Sin embargo A pesar de su tamaño, llamó poderosamente la atención de los científicos en 2014, en el instante un sobrevuelo de la nave espacial Cassini, de la NASA, estudió cerca de su polo sur una serie de potentes géiseres de agua que emanaba de su superficie, revelando la presencia de un vasto océano subterráneo. Posteriormente, la propia Cassini tomó muestras directas de esos poderosos chorros de agua que se filtraban Mediante las grietas heladas y eran lanzados al espacio a toda velocidad. Encélado, pues, es uno de los pocos lugares del Sistema Solar (Del mismo modo que sucede con Europa, la luna de Júpiter), en los cuales la presencia de agua líquida podría haber conducido al crecimiento de la vida. Hoy sabemos que el océano de Encélado es, en muchos aspectos, diferente a los que hay en la Tierra. Acá, De hecho, los océanos son relativamente poco profundos (3,6 kilómetro Al igual que promedio), y cubren las tres cuartas partes de la superficie de nuestro mundo. A causa a la acción del Sol, a su vez, sus capas superficiales son más cálidas y sus fondos, cerquita ya del lecho marino, son más fríos. Sin embargo sobretodo, nuestros mares y océanos tienen corrientes que se ven afectadas por el viento. El océano de Encélado, Si bien, es “planetario”, o sea, que parece abarcarlo por completo , y subterráneo, completamente bajo la superficie helada. También es mucho más hondo que los nuestros, su profundidad media es de al menos 30 km, y sus rangos de temperatura son justo los contrarios que en la Tierra: agua más fría en la superficie, más cerquita de la capa de hielo, y más caliente en el fondo, a causa al calor del núcleo del propio satélite. Y ahora, Ana Lobo, del Instituto Caltech, termina de sugerir en un estudio recién publicado en Nature Geoscience que el océano global de Encélado podría contar corrientes similares a las que se producen en la Tierra. El trabajo se basa en las mediciones de la sonda Cassini y en la investigación de Andrew Thompson, maestro de ciencia y También ingeniería ambiental, que ha estudiado a fondo la manera en que el agua y el hielo interactúan para mezclarse en el océano cerquita de de la Antártida. Los océanos de Encelado y de la Tierra comparten, se explica en el estudio, una característica importante: son salados.Y Según Lobo las variaciones en la salinidad podrían actuar Como “impulsores” de la circulación oceánica en Encélado, del mismo modo en que lo hacen en el océano austral de la Tierra cerca de de la Antártida. Los datos gravitacionales y los cálculos de calor efectuados por la Cassini ya habían contado que la capa de hielo de Encélado es más delgada en los polos que en el ecuador, lo cual sugiere que las primeras, muy quizá, tienden a derretirse, al tiempo que en las regiones centrales se congelan y se están haciendo más gruesas. Lo cual afecta las corrientes oceánicas por el hecho de que en la fecha el agua salada se congela, libera las sales y hace que el agua circundante sea más pesada, causando que se hunda. En las zonas donde el hielo se funde ocurre justo lo contrario. “Conocer la distribución del hielo -explica Lobo- nos deja imponer limitaciones a los patrones de circulación”. Según los modelos informáticos desarrollados para el estudio de Thompson en la Antártida, las regiones de congelación y fusión estarían conectadas por corrientes oceánicas, lo que haría posible la distribución de calor y nutrientes del polo al ecuador terrestres. Y algo idéntico podría estar sucediendo en Encélado. Por eso, , termina el propio Thompson, “comprender qué regiones del océano subterráneo de Encélado podrían ser las más hospitalarias para la vida tal y Del mismo modo que la conocemos, serviría para dirigir los futuros esfuerzos destinados a encontrarla”.