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Fuimos hipercarnívoros En medio dos millones de años

Una de las ideas más extendidas sobre la evolución humana dice que fuimos capaces de desarrollarnos y sobrevivir Gracias a nuestra capacidad para comer de todo. Ser omnívoros resultó una enorme fortuna, Puesto que nos permitió adaptarnos a cambios climáticos o bien a la llegada de otros predadores, alimentándonos de lo cual estaba disponible en cada momento. Si es que bien, un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores israelíes plantea un repuesto completo de paradigma. Conforme el relevamiento, dado a conocer en ‘American Journal of Physical Anthropology’, la dieta de nuestros antepasados de la Edad de Piedra estaba compuesta eminentemente por la carne de grandes animales. A lo largo de dos millones de años, fuimos hipercarnívoros y Solo la extinción de esos gigantes (conocidos Al igual que megafauna) en varias partes del planeta nos llevó a incrementar gradualmente los vegetales en la nutrición. «Hasta ahora, los intentos de reconstruir la dieta de los humanos de la Edad de Piedra se han basado en comparaciones con las sociedades de cazadores-recolectores del siglo XX», explica Miki Ben-Dor, de la Universidad de Tel Aviv. «Esta comparación es inútil, Puesto que hace dos millones de años las sociedades de cazadores-recolectores podían cazar y consumir elefantes y otros animales grandes, al paso que los actuales no tienen acceso a tal abundancia. Todo el ecosistema ha cambiado y las condiciones no se pueden comparar». Por ese motivo, los investigadores decidieron utilizar otros métodos. Analizaron unos 400 artículos científicos de diversos disciplinas, Del mismo modo que la genética, la fisiología o bien la morfología, en búsqueda de lo que llaman «la memoria de nuestro cuerpo». Del mismo modo que explica Ben-Dor, «el comportamiento humano cambia rápidamente, Sin embargo la evolución es lenta. El cuerpo recuerda», explica. Acidez de estómago y células grasas
Con esta metología hallaron 25 líneas de evidencias. «Un ejemplo destacado es la acidez del estómago humano», afirma el científico. «La acidez en nuestro estómago es alta en comparación con los omnívoros y Además aun con otros predadores. Generar y conservar una acidez ferviente requiere grandes cantidades de energía, y su existencia es una patentiza del consumo de productos animales». La acidez fuerte brinda protección en contra de las bacterias dañinas que se encuentran en la carne, y los humanos prehistóricos, cazando animales grandes cuya carne era suficiente para días o bien aun semanas, «a menudo consumía carne vieja que contenía grandes cantidades de bacterias y, por consiguiente, necesitaba conservar un alto nivel de acidez», prosigue. Según los estudiosos, otro indicio de que somos predadores es la estructura de las células grasas de nuestro cuerpo. En los omnívoros, la grasa se almacena en una volumen parcialmente chiquita de células grasas grandes, al tiempo que en los predadores, incluidos los humanos, es al revés: tenemos una volumen mucho mayor de células grasas más pequeñas. También se ha encontrado evidencias de la evolución de los humanos También que predadores en nuestro genoma. Por servirnos de un ejemplo, los genetistas han llegado a la conclusión de que «se cerraron áreas del genoma humano para avalar una dieta rica en grasas, Entre tanto que en los chimpancés se abrieron áreas del genoma para permitir una dieta rica en azúcar». Estas evidencias halladas en la biología humana se complementaron con otras arqueológicas. Por servirnos de un ejemplo, la investigación acerca de isótopos estables en los huesos de humanos prehistóricos, De esta manera Al parecido que las prácticas de caza exclusivas de los humanos, muestran que nos especializamos en la caza de animales grandes y medianos con alto contenido de grasa. La comparación de los humanos con los grandes predadores sociales del momento, todos y cada uno de los cuales cazan animales grandes y obtienen más del 70% de su energía de la carne, reforzó la conclusión de que los humanos se especializaban en cazar animales grandes y, En verdad, eran hipercarnívoros. «Cazar animales grandes no es un pasatiempo vespertino», afirma Ben-Dor. «Requiere una gran cantidad de conocimientos. Los leones y las hienas logran estas habilidades ahora de largos años de aprendizaje. Ciertamente, los escombros de animales grandes encontrados en incontables sitios arqueológicos son el resultado de la gran experiencia de los humanos En este sentido como cazadores. Muchos estudiosos Creen que la caza jugó un papel importante en la extinción de la megafauna». «La patentiza arqueológica no está pasando por alto el hecho de que los humanos de la Edad de Piedra Asimismo consumían plantas», incluye el científico. «Pero Según los hallazgos de este estudio, los vegetales Solo se convirtieron en un Sólo componente fuerte de la dieta humana hacia el terminante de la era». Miki Ben Dor
Dieta paleolítica
La patentiza de cambios genéticos y la aparición de herramientas de piedra únicas para el procesamieno de plantas llevaron a los investigadores a concluir que, Desde hace unos 85.000 años en África, y hace unos 40.000 años en Europa y Asia, se generó un aumento gradual en el consumo de comestibles vegetales Del mismo modo que en la diversidad dietética, de consenso con las diversos condiciones ecológicas. Esto se dirigió acompañado por un aumento en la singularidad local de la cultura de herramientas de piedra, que es idéntico a la diversidad de culturas materiales en las sociedades de cazadores-recolectores del siglo XX. Por el contrario, A lo largo de Ambos millones de años en los que, Según los estudiosos, los humanos acudieron superdepredadores, se observaron largos períodos de similitud y continuidad en las herramientas de piedra, independientemente de las condiciones ecológicas locales. El estudio De la misma forma pondría en la picota la tan controvertida dieta del paleolítico, basada en alimentarse Solo de lo cual aparentemente comían nuestros antepasados Ya antes de inventarse la agricultura (carne, pescado, marisco, verduras y frutas). «Nuestro estudio aborda una enorme trifulca actual, tanto científica Así como no científica», dice Ran Barkai, Además de Tel Aviv. «Para muchas personas La jornada de hoy en jornada, la dieta paleolítica es un tema crítico, no Sólo con respecto al pasado, Sino más bien También con respecto al presente y al futuro. Es difícil convencer a un vegetariano devoto de que sus antepasados no eran vegetarianos, y la gente tiende a confundir las creencias personales con la realidad científica», termina.