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El fenómeno de los perros que hablan: esto es lo que afirma la ciencia

¿Stella y Bunny verdaderamente hablan? Recientemente, internet se ha inundado de vídeos en los que se les ve pulsando botones de un teclado que reproduce palabras pregrabadas Además que ‘exterior’ o ‘jugar’. Y lo cual es mejor, en algunos vídeos, las perras parecen formar frases pulsando Múltiples botones seguidos (‘jugar con papá’). Estos vídeos se interpretaron enseguida De esta forma tal y como demuestra de que cualquier perro, con un tanto de entrenamiento, puede conservar una conversación con su amo. ¿Pero qué dice la ciencia? Múltiples estudiosos ya habían intentado anteriormente dialogar con animales, De exactamente la misma forma que los grandes simios Washoe, Koko y Kanzi, o bien el loro Alex, con resultados bastante convincentes. Con lo cual no es imposible que Stella y Bunny puedan verdaderamente utilizar teclados para comunicarse. No obstante, hay que disponer en cuenta que para comprender Los dichos, Alex y los demás fueron entrenados intensamente por equipos de profesionales (psicólogos, etólogos), hasta 8 horas al día, A lo largo de Múltiples años. Este no es la ocación de Stella y Bunny: sus propietarios no son científicos, no están formados en el adiestramiento, y las perras han sido adiestradas a un ritmo muy reposado y de forma irregular A lo largo de aproximadamente un año, lo que limita las posibilidades de poseer resultados tan impresionantes. Un estudio lanzado por FluentPet, una empresa que fabrica teclados para animales, se está llevando a cabo en colaboración con investigadores de la Universidad de California para comprender de qué manera los animales pueden emplear este medio de comunicación. Bunny es una de las muchas participantes. Para inscribir a su perro en el estudio, Necesita al menos una cámara, No obstante De la misma forma, y acerca de todo, un teclado que se le recomienda encarecidamente compre en FluentPet. Esto es bastante sorprendente, Puesto que es muy raro que los participantes en un Sólo estudio pongan dinero de su propio bolsillo para contribuir en un Sólo estudio, ¡suele ser lo contrario! Además, la participación de FluentPet sugiere un problemático conflicto de intereses: la empresa podría optar por quedarse Sólo con los resultados positivos, para vender mejor sus teclados. Dado que Bunny manera comunicado del estudio, sus vídeos publicados en las redes sociales acostumbran a interpretarse Así tal como una parte del estudio y, en consecuencia, se entiende que son fiables. Si bien, el estudio permanece en curso y aún no se han publicado los resultados. Los vídeos de Bunny y Stella, que no están validados científicamente, proceden de los relatos personales de los profesores. Las grabaciones no están en bruto, Sino más bien que cortadas y editadas: ¿sirve esto para eliminar lo sobrante o bien más bien sirve para disponer una bonita historia? Tampoco sabemos cuántos de los ensayos están disponibles: es posible que los impresionantes ensayos publicados sean Solo raras casualidades. De hecho, De este modo lo reconoce la propia dueña de Bunny en este vídeo. Estos vídeos que crean expectación y hacen soñar a los amantes de los animales pueden ser potencialmente herramientas de marketing. Los sitios web oficiales de Stella y Bunny, sus tiendas de regalos y sus libros bajo denuncia, sugieren que este fenómeno puede ser un negocio lucrativo, y Asimismo instan a poseer cuidado con el contenido de los vídeos. Del mismo modo, FluentPet, la empresa que fabrica algunos de estos teclados, paga a algunos influencers (incluida el ama de Bunny) por el número de clics en los enlaces compartidos. En seguida bien, el lenguaje del ‘teclado’ es diferente del inglés hablado: se deriva del inglés simplificado (hay pocas palabras en el teclado, no hay preposiciones De exactamente la misma forma que ‘a’ o bien ‘de’, etc.) y se basa en el manipulación de botones, no de sonidos. Por tanto, hay que partir de tres premisas para afirmar que las perras charlan con sus dueños. La 1era es que las perras comprenden el inglés (saben que el sonido /pa.se.o/ se hace referencia a pasear). La segunda es que dominan el lenguaje del teclado (un botón determinado se refiere al hecho de pasear). En 3er lugar, que entienden las correspondencias entre Ambos idiomas (saben que la palabra hablada ‘paseo’ se hace referencia a lo mismo que, por servirnos de un ejemplo, el botón rosa de la izquierda). De esta forma Porque, se enseña a un perro un lenguaje ‘de teclado’ utilizando un 3er lenguaje (un lenguaje humano), lo que representa una dificultad indudable para el animal, que no domina ninguno de estos dos sistemas. Para la primera hipótesis, es bastante difícil saber si las perras entienden el inglés, simplemente no está probado. Para la 2da hipótesis, es imposible saber si las perras dominan verdaderamente el lenguaje del teclado, por varias razones. En estos vídeos no se controlan ciertos sesgos bien conocidos y temidos de los investigadores. El significado de las ‘frases’ producidas por las perras suele ser reconstruido por las propias amas: este sesgo de antropomorfismo consiste en atribuir a los animales ideas o bien comportamientos humanos. Por servirnos de un ejemplo, Cuando Bunny combina ‘sonido’ y ‘ajustar’ en el vídeo que aparece después, su dueño explica que Bunny decidió recientemente emplear estas palabras para decir ‘cállate’. ¿Cómo podemos estar seguros de que Bunny no quiere decir ‘¡Baja el sonido del teclado!’, por ejemplo? La ‘frase’ original es demasiado vaga para expresar con exactitud lo cual la perra quiere decir, y lo cual interpretamos luego suele ser… lo que nos conviene. En 2do sitio, el teclado, que se supone que materializa el inglés sencillo, También es problemático Porque la disposición de los botones es antropocéntrica. Por ejemplo, Los dichos se agrupan por clase gramatical (un grupo de botones para nombres Al igual que gato, otro para verbos De exactamente la misma forma que jugar, etc.), lo cual no tiene necesariamente sentido Desde la perspectiva canina. Aunque es probable que las perras tengan un lenguaje propio, es poco probable que este teclado sea una buena materialización del mismo, de uso intuitivo. Un sesgo clásico en psicología es el efecto ‘clever Hans’, llamado De esta manera por un caballo famoso por su capacidad de contestar a preguntas complejas golpeando el suelo con su pezuña, No obstante que en realidad utilizaba las señales de comportamiento de su público (por ejemplo, la inclinación de sus cabezas) para saber en qué instante abandonar de golpear el suelo. En los vídeos de Bunny o bien Stella, no podemos descartar la hipótesis de que sus dueñas estén dando, intencionadamente o bien no, pistas sobre el ‘botón correcto’ que deben pulsar (por la mirada, la orientación del cuerpo…). Acerca de todo, por el hecho de que no podemos ver lo que ocurre detrás de la cámara. El ‘canon de Morgan’ afirma que no tenemos que atribuir a los animales capacidades cognitivas de alto nivel si es que sus acciones pueden explicarse A través de capacidades de nivel inferior. Por tanto, a falta de repetidos experimentos psicológicos controlados, deberíamos evitar afirmar que estas perras charlan con teclados, y formular hipótesis más sencillas y seguras. Las explicaciones más sencillas
Es posible dar cuenta de estas observaciones sin terminar que las perras verdaderamente comprenden el significado de Los dichos utilizadas. En especial, no es posible descartar la idea de que se establezcan asociaciones Sólo entre un comportamiento (pulsar el botón ‘juguete’) y una consecuencia (jugar con el juguete). En otras palabras, es posible aprender a reclamar el juguete pulsando el botón adecuado, sin comprender en realidad que Se trata de una palabra ni entender la palabra, Del mismo modo que las ratas de B. F. Skinner sabían qué palanca pulsar para lograr comida o bebida sin saber hablar. Esto es especialmente cierto para los botones con significados abstractos o bien complejos, Como ‘extranjero’ o ‘te quiero’. El lenguaje humano es un sistema productivo y generativo: una vez dominadas las reglas básicas, se puede producir un número infinito de frases con un número limitado de palabras. En un caso así, no hay pruebas de que las perras tengan esa capacidad. Es muy posible que estas combinaciones sean secuencias fijas, aprendidas por las perras para desencadenar una respuesta específica. Por ejemplo, pueden haber aprendido que en el momento pulsan ‘jugar’ y posteriormente ‘pelota’, se juega a la pelota. Del mismo modo, en el horario se pulsa un botón y se introduce una moneda en una máquina expendedora, se obtiene una lata de refresco, No obstante no se puede completar que se esté hablando con la máquina. Ciertas de las combinaciones de palabras De la misma forma parecen sugerir que las perras las eligen arbitrariamente, hasta que aciertan. Por ejemplo, en este vídeo, la dueña interpreta la combinación ‘ven jugar’ seguida de ‘sí quiero comer’ Tal como ‘Stella quiere que le introduzcan comida en su juguete’. Stella, De exactamente la misma manera que cualquier perro, se alegra de percibir comida, No obstante esto no significa que la haya solicitado deliberadamente. Una explicación más parsimoniosa es que, ante La falta de reacción de su ama al ‘ven jugar’, Stella se limitó a pulsar otros botones, sin coherencia, para desencadenar en su dueña una contestación que le favorece. También, en este vídeo, la dueña de Bunny explica que cuanto menos responde a las peticiones de su perro, más desordenadas son las combinaciones producidas. ¿Cómo verificar si los perros charlan?
Hemos visto que las perras deben dominar dos idiomas, el inglés y el del teclado, para comunicarse correctamente con su dueño. Para facilitar el aprendizaje y comprobar que las perras dominan el lenguaje del teclado, deben estar totalmente inmersas en él: toda la comunicación debe hacerse Solo a través del teclado, sin utilizar jamás palabras habladas. Ahora, debe demostrarse que las perras comprenden el significado de Las palabras utilizadas. Tal como se ha probado con el perro Chaser, se pueden dar órdenes A lo largo de el teclado: si es que entienden combinaciones que jamás han oído Ya antes, se puede completar que entienden el significado de cada palabra. Por poner un ejemplo, si es que A partir de ‘tocar pelota’ y ‘recoger peluche’, un perro puede comprender ‘tocar peluche’, es que es capaz de quitar el significado de cada palabra. Una vez realizada esta comprobación, podemos hacer otros experimentos para analizar su capacidad de producción. No es imposible que Stella y Bunny utilicen estos teclados Tal y como lenguaje, Sin embargo a falta de más pruebas científicas, tenemos que ser cautos. Aunque, podemos reconocer que estos teclados estimulan la inteligencia de los perros, los mantienen ocupados y refuerzan el vínculo con sus dueños. Un último punto crucial: no requerimos trucos de marketing para comunicarnos con nuestras mascotas, muchos estudios demuestran que ya nos entendemos muy bien. Con lo cual, ¡confía en ti mismo! Mélissa Berthet. Doctora en biología especializada en comportamiento animal. École normale supérieure (ENS) – PSL. Léo Migotti. Doctor en Ciencias Cognitivas. École normale supérieure (ENS) – PSL. Este artículo viajó publicado originalmente en ‘The Conversation’. <img src=”https://counter.theconversation.com/content/159110/count.gif?distributor=republish-lightbox-advanced” alt=”The Conversation” width=”1″ height=”1″ style=”border: none !important; box-shadow: none !important; margin: 0 !important; max-height: 1px !important; max-width: 1px !important; min-height: 1px !important; min-width: 1px !important; opacity: 0 !important; outline: none !important; padding: 0 !important; text-shadow: none !important” />