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Observan el sendero que permanece la ‘hormona del amor’ en el cerebro

Combinando nuevas técnicas para transparentar el cerebro y la microscopía de alta Decisión, una investigación ha podido reconstruir en 3D los circuitos de oxitocina, la conocida De esta forma como ‘hormona del amor’, y vasopresina en el cerebro del ratón en crecimiento con una Decisión celular sin precedentes. El trabajo, llevado a cabo por las investigadoras Pilar Madrigal y Sandra Jurado, del Instituto de Neurociencias UMH-CSIC en Alicante, se ha publicado en la gaceta ‘Communications Biology’. «Nuestro análisis en profundidad del circuito oxitocina-vasopresina en el cerebro del ratón ha revelado que la oxitocina y vasopresina tienen una activa distinta a través del crecimiento embrionario. Es probable que estas adaptaciones modulen las propiedades funcionales de diversos regiones del cerebro Según su etapa de crecimiento, contribuyendo al perfeccionamiento de los circuitos neuronales que están en la base de los comportamientos sociales», explica Sandra Jurado, directora del laboratorio de Neuromodulación Sináptica y de la Unidad de Neurobiología Teléfono y de Sistemas del Instituto de Neurociencias. De estructura muy parecida, la oxitocina y la vasopresina son dos neuropéptidos muy conservados en la escala evolutiva que están implicados en la regulación de comportamientos sociales complejos Como el comportamiento maternal o bien los vínculos de pareja. <iframe width=”560″ height=”315″ src=”https://www.youtube.com/embed/o8eBHc5Ejdk” title=”YouTube video player” frameborder=”0″ allow=”accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture” allowfullscreen style=”width:100%;height:100%;”></iframe> Si bien se ignora de qué manera la oxitocina y la vasopresina interactúan en el cerebro, abundantes estudios en animales y humanos sugieren que las alteraciones de estos circuitos pueden estar en la base de trastornos mentales caracterizados por déficits en la interacción social, Tal como el autismo, la ansiedad y la agresividad social o la esquizofrenia. «Para nosotros ha sido muy importante identificar de qué forma se constituyen estos circuitos A lo largo del desarrollo del cerebro en los ratones, para poder advertir las potenciales alteraciones que podrían estar relacionadas con trastornos sociales», Resalta Jurado. La mayor parte de los estudios llevados a cabo hasta el momento para caracterizar la expresión de las proyecciones de oxitocina y vasopresina han empleado métodos histológicos y Además hibridación in situ en secciones del cerebro que dan información reveladora, No obstante que son difíciles de extrapolar a la formación de circuitos tridimensionales en el cerebro. a su vez, La mayor parte de los trabajos precedentes se han centrado en el cerebro de rata, Si bien un número cada vez mayor de estudios usan el ratón Tal como modelo experimental, lo cual pone de manifiesto la necesidad de contar de mapas de conectividad más necesarios para esta especie de manipulación común en el laboratorio. Modulación del comportamiento social
Producida en el hipotálamo, la región del cerebro encargada de coordinar funciones esenciales para la supervivencia, la oxitocina actúa Al igual que hormona y De exactamente la misma manera que neurotransmisor. Esta chiquita molécula de 9 aminoácidos juega un especial papel tanto en funciones básicas De esta manera tal y como el balance osmótico en especies de invertebrados hasta conductas complejas De exactamente la misma manera que la reproducción y las conductas maternales en humanos. Aunque es más conocida por aumentar la contracción muscular A lo largo de el parto, También tiene un papel muy especial en las conductas reproductivas y sociales. Debido a esta hormona, somos capaces de preservar relaciones afectivas con nuestros tales. Y una de las relacones más primitivas y fuertes en mamíferos es precisamente la estrecha relación entre una madre y sus hijos. Asimismo, la oxitocina, También es famosa popularmente Como ‘hormona del amor’, En tanto que promueve el contacto social, las preferencias de pareja y el apego posterior. a su vez, genera sensación de seguridad y bienestar y reduce el estrés. De forma igual, la vasopresina promueve el contacto social, la preferencia de pareja y apego, modula las conductas territoriales ante a posibles rivales del mismo sexo, e incrementa la atracción y las conductas sexuales y reproductivas. El ‘cableado’ social
En este estudio, Madrigal y Jurado han implementado la técnica de clarificación IDISCO+, que deja eliminar enorme una parte del contenido lipídico (graso) del cerebro sin dañar su estructura, para hacerlo transparente. Este procedimiento, en combinación con la microscopía fluorescente de lámina de luz (Light Sheet), deja generar reconstrucciones en 3D de los sistemas oxitocinérgico y vasopresinérgico de todo el cerebro del ratón, A partir de el crecimiento temprano hasta la edad adulta, con una elevada Decisión teléfono. Gracias a esta metodología las investigadoras han podido hacer una clasificación Precisa de las células que sintetizan oxitocina y vasopresina en núcleos profundos del cerebro, Al idéntico que el hipotálamo. Y han observado que los diferentes núcleos hipotalámicos muestran marcadas diferencias en la expresión de oxitocina y vasopresina A lo largo del crecimiento embrionario. Durante las etapas tempranas del neurodesarrollo hay una elevada presencia de células mixtas (de oxitocina y vasopresina) que decae en La mayor parte de los núcleos hipotalámicos a medida que en etapas siguientes. «Es probable que estas adaptaciones dinámicas permitan modular los niveles de oxitocina y vasopresina en diferentes zonas del cerebro Conforme la etapa de crecimiento, contribuyendo De esta manera al perfeccionamiento de los circuitos neuronales que están en la base de los comportamientos sociales», destacan las investigadoras. Estas adaptaciones presentan diferencias entre el cerebro del ratón y la rata, con lo que este estudio supone un nuevo referente para los estudiosos que estudian el comportamiento social basándose en modelos murinos, cuyo neurodesarrollo comparte muchas peculiaridades con el cerebro humano.