El cuento de la oruga glotona que come y come hasta convertirse en una bella mariposa tiene una versión no apta para niños. Ciertas de esas pequeñas criaturas no llegan nunca a su etapa adulta por el hecho de que sus padres tienen unos planes mucho más espeluznantes para ellas. Los machos las rajan vivas o bien muertas y se beben sus fluidos corporales. El objetivo de este infanticidio es ingerir las feromonas de la oruga para captar todavía más a las hembras. Las orugas de la familia Danainae en Sulawesi, Indonesia, se alimentan de plantas tóxicas, de las que obtienen sustancias químicas para su autodefensa. Estos productos son nocivos y desagradables para los predadores, De esta manera tal y como las aves, y acto seguido se manifiestan en los brillantes colores de aviso de las mariposas. Estas sustancias De la misma forma ayudan a los machos de las mariposas a producir feromonas de apareamiento, que funcionan Así tal como ‘obsequios’ nupciales para las hembras A lo largo del cortejo. Para aprovechar esta toxicidad innata, las mariposas macho complementan su dieta buscando fuentes adicionales de sustancias químicas. Con mayor frecuencia, estas se obtienen Durante fuentes vegetales, Pero, Conforme han dado a conocer estudiosos de la Universidad de Sídney, en los bosques del norte de Sulawesi, las mariposas han desarrollado un gusto por las orugas para aumentar sus suministros de esta ‘droga del amor’. «Es la primera vez que se notifica acerca de este comportamiento», afirma Yi-Kai (Kai) Tea de la Facultad de Ciencias de la Vida y el Medio Entorno y primordial cantautor del estudio, publicado en ‘The Scientific Naturalist’. Esta siniestra manera de actuar «no encaja perfectamente en los modos tradicionales de depredación, parasitismo o bien mutualismo, con lo que presenta un nuevo desafío a la teoría evolutiva. Lo hemos denominado ‘cleptofarmacofagia’, robo de productos químicos para su consumo», dice. Heridas y rezumantes
Para complementar los suministros químicos que obtienen Del mismo modo que orugas juveniles, las mariposas rasgan las hojas con sus afiladas garras, liberan los jugos de las plantas y las absorben utilizando sus largas lenguas. Si bien, jamás Antes se había visto que hicieran lo mismo con orugas vivas. «Las orugas son fundamentalmente bolsas de hojas maceradas; exactamente las mismas hojas que contienen estos potentes productos químicos que buscan las mariposas. Para las mariposas adultas, pueden ser simplemente una fuente alternativa de sustancias químicas de las que alimentarse», dice Tea. Tea y su club observaron este comportamiento inusual en 2019 en los bosques costeros del norte de Sulawesi. «Las larvas de la oruga contorsionaban sus cuerpos velozmente en lo que parecían ser intentos inútiles de disuadir el rascado», apunta. Si es que bien se ha documentado que estas mariposas se alimentan de cadáveres de otros insectos que contienen sustancias químicas, esta es la primera vez que se notifica de que el comportamiento se extiende a insectos vivos del mismo orden; en un caso así, sus propias larvas. Aunque, no está claro si es que las muertes de las orugas fueron el resultado directo del rascado. Tea pretende averiguar ahora en qué compuestos exactos están interesadas estas mariposas y si es que este comportamiento ocurre en otras partes del mundo.