Una serie de huellas impresas en lo cual una vez se dirigió la orilla fangosa de un lago en Nuevo México podrían convertirse en una de las pruebas más sólidas Hasta el momento de que los humanos llegaron al continente americano mucho Ya antes de lo cual se pensaba. Versa de más de 60 ‘huellas fantasma’, De esta forma llamadas Ya que aparecen y desaparecen del paisaje, y exhiben Meridianamente que integrantes de nuestra especie atravesaron lo cual El jornada de hoy es el Parque Nacional de White Sands, en Nuevo México, hace entre 23.000 y 21.000 años. Versa de la mejor patentiza hasta en seguida de que los humanos ya estaban en América del Norte en pleno apogeo de la última edad de hielo, que alcanzó su punto máximo hace precisamente 21.500 años. El hallazgo se acaba de publicar en ‘Science’. América se dirigió el ultimo de los continentes en ser ocupado por el hombre, Sin embargo el momento preciso en que nuestros antepasados llegaron allí es objeto de agrios debates científicos. Históricamente, los estudiosos han pensado que los primeros humanos llegaron al nuevo continente a pie, cruzando el puente de Bering, que hace unos 13.000 años conectaba físicamente Asia con América del Norte, Acto seguido de la retirada de la enorme capa de hielo Laurentide, que A continuación de haber cubierto Norteamérica A lo largo de miles de años, se había retraído hacia el Ártico. Sin embargo toda una serie de descubrimientos recientes tanto en América del Norte Del mismo modo que en América del Sur, entre ellos antiguas herramientas en Texas y huesos de animales de 30.000 años de antigüedad en cuevas mexicanas, sugieren fuertemente que los humanos llegaron mucho Antes hasta allí. Al ante de un Equipo de estudiosos de Varios instituciones, el geofísico Matthew Bennett, de la Universidad de Bournemouth en Pole, Inglaterra, utilizó Varios métodos diferentes para calcular la edad de las huellas, incluída la datación por radiocarbono de plantas acuáticas incrustadas en las propias pisadas. «Una de las cosas más hermosas de las huellas -asegura Bennett- es que, en contraste a las herramientas de piedra o bien los huesos, no se pueden mover hacia arriba o bien hacia abajo en la estratigrafía. Son fijas y muy precisas». La importancia del hallazgo es tal que otros arqueólogos exigen nuevas pruebas que confirmen sin sector a duda las fechas halladas por Bennett y sus colegas. No en vano, si es que se confirman esos data, sería preciso reescribir los libros de publicación, y se confirmaría a su vez la extraordinaria capacidad de aquellos humanos para sobrevivir y prosperar En medio una época de condiciones climáticas extremas. Según el estudio, las huellas acudieron dejadas Mediante dos milenios, primordialmente por niños y adolescentes que deambulaban por el mosaico de vías fluviales que definían el área Durante la Edad de Hielo. Las huellas, a su vez, acudieron halladas junto a otras de mamuts, perezosos gigantes y demás megafauna que acudía a exactamente la misma zona en busca de agua. Posteriormente, Bennett planea volver a la zona para continuar estudiando esas reveladoras huellas humanas, con la esperanza de aprender algo más acerca de las personas que las dejaron. «Las huellas -afirma el científico- tienen una manera de conectarte con el pasado que no se parece a ninguna otra cosa. Es una sensación muy potente poner el dedo en la base de una pista y saber que alguien caminó por allí hace 23.000 años».
