La ciencia ha demostrado que la acción de los volcanes puede cambiar el clima. Por ejemplo, hace 252 millones de años, al terminante del periodo Pérmico, tuvieron sitio una serie de erupciones masivas que a punto estuvieron de acabar con la vida: hasta el 95% de las especies que luego poblaban la Tierra se extinguieron a causa a los gases tóxicos que cubrieron los cielos. Sin embargo no hay que marcharse tan lejos: la erupción del volcán Laki, ocurrida en Islandia entre 1783 y 1784 causó graves alteraciones climáticas al inyectar altas cantidades de
cenizas y gases en el aire, lo que aumentó el índice de reflectividad de la atmosfera, reflejando una mayor cantidad de radiación solar hacia el espacio y bajando la temperatura del aire hasta en tres grados. En verdad, un reciente estudio publicado en agosto del vigente año en la gaceta ‘Nature Communications’ asevera que los aerosoles de sulfato que producen los volcanes permanecen entre uno y tres años en la estratosfera, dispersando la luz solar y enfriando la superficie. ¿Podría entonces el volcán de La Palma influir en el repuesto climático? Los expertos coinciden en que, A pesar de la espectacularidad de las imágenes y los daños ocasionados, en realidad se Necesita de una erupción a una escala mucho más grande, del mandato de 10 millones de toneladas de dióxido de azufre y con un índice de explosividad volcánica por arriba del 5. De momento, Conforme Infovolcán se han registrado emisiones en torno a 6.000 y 9.000 toneladas A lo largo del primer día, creciendo hasta las prácticamente 8.000 y 10.700 en la 2da jornada, lo cual estaría muy lejos de las cantidades de otros volcanes. Además, los volcanes tipo Stromboliano alcanzan niveles de índice de explosividad volcánico de hasta 2 puntos, con explosiones esporádicas, Por norma general poco violentas, emitiendo lava de manera discontinua. Por todo ello, los científicos coinciden que quizás no estemos ante una ‘supererupción’ que podría afectar al clima a largo plazo. En verdad, deberíamos estar más preocupados por nuestras propias emisiones que las de los volcanes: la Oficina Nacional de Gestión Oceánica y Atmosférica de EEUU indica que la volumen de CO2 (dióxido de carbono) que emiten los volcanes de todo el mundo es hasta 60 veces menor que la producida por las actividades humanas.
