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El hongo que condenó a las brujas de Salem

En torno a 1620 los europeos llegaron a las tierras de Inédita Inglaterra y fundaron las primeras colonias en unos valles y colinas que pertenecían a los mohicanos, nauset, pennacook, wanpanoag y massachussets. En la bahía de Massachussets se asentaron emigrantes procedentes de Inglaterra y Países Bajos, pertenecientes a la iglesia puritana y calvinista. En una de aquellas ciudades, en Salem (Massachusetts), tuvo lugar en 1692 una espiral de histeria colectiva en la que numerosas niñas presentaban extraños síntomas, entre los cuales se incluían espasmos, dolor abdominal y alucinaciones. El doctor Williams Griggs se dirigió consultado por el reverendo Parris, Tras que fracasara en la sanación de las jóvenes perturbadas Mediante sus oraciones. El galeno, Después de un exhaustivo análisis clínico concluyó que se trataban de casos de brujería o bien de posesión demoniaca. Resulta sorprendente, simultáneos que inquietante, el procedimiento que se empleó Griggs para confirmar los actos de sortilegio: mandó cocinar una absurda receta famosa Del mismo modo que ‘leche de brujas’, compuesta por harina de centeno y orina de bebé, y ordenó que se la dieran a beber a un perro. El diagnóstico se confirmaba si es que el cánido desarrollaba exactamente los mismos síntomas que las chicas supuestamente embrujadas. Acusaciones de brujería
En pocas semanas las acusaciones entre los ciudadanos se multiplicaron, hasta superar el centenar, y hubo más de veinte procesos judiciales abiertos, en su mayoría contra mujeres, a las que se acusaba de nigromancia. Ahora de un largo sumario, prácticamente dos centenares de personas fueron Para acabar inculpadas de magia negra, de las cuales una veintena acabaron colgadas y cuatro murieron en cárcel. Un caso importante viajó el de Giles Corey, que al no declararse culpable ni inocente no pudo ser juzgado, con lo que se dirigió torturado de forma ininterrumpida hasta que falleció a consecuencia de las lesiones. Salem no viajó la única ciudad en la que tuvieron lugar estos incidentes, No obstante sí en la que se registró un mayor número, quizá por el hecho de que en su comunidad había una religiosidad extrema, Asimismo de una clara intencionalidad por preservar la unidad religiosa. Por otra comunicado, en esta ciudad hubo casos de acusaciones falsas con las que se trataron de saldar cuentas pendientes entre familias enfrentadas. Casos afines Además figuran descritos en el Viejo Continente, en donde miles de mujeres ardieron en la hoguera, inculpadas de brujería, un reguero de sangre y barbarie que salpicó toda Europa hasta mediados del siglo XVII. El pan de centeno
La ciencia ha creído localizar una explicación razonable a lo que Ocurrió en Salem: muy quizá todo se debió a una intoxicación alimentaria. El Claviceps purpurea es un hongo que crece en las espigas del centeno y en contra de el que, A lo largo de siglos, han combatido los campesinos. Por todos los medios han tratado de evitar que su espolón negruzco característico se mezcle con el grano en las cosechas. Si se fracasaba en el intento, el hongo terminaba en la harina y, en consecuencia, era incorporado al proceso de fabricación del pan, provocando intoxicaciones alimentarias. Una de las ventajas del pan de centeno –llamado pan de los pobres– consistía en que era más económico y simple de obtener, aparte de que duraba más tiempo tierno Después de ser horneado. En los casos en los que se producía la intoxicación, la sintomatología más frecuente –conocida con El nombre de ergotismo– eran alucinaciones, delirios, convulsiones y, en casos severos, gangrena que podían concluir en amputación. Todos estos efectos se debían a que el hongo genera ergotamina, un alcaloide que afecta al sistema nervioso central y al aparato cardiovascular. Es una sustancia bastante igual al ácido lisérgico, el conocido popularmente Del mismo modo que LSD. En terminante, parece razonable afirmar que la sintomatología descrita en los juicios de Salem se debiera a los efectos del cornezuelo del centeno, una afección que en Europa Se conoció con El nombre de ‘fuego de San Antón’, y no a la acción del demonio. Pedro Gargantilla es médico internista del Hospital de El Escorial (Madrid) y cantautor de Varios libros de divulgación.