En un mundo altamente digitalizado, la mayoría de la humanidad todavía utiliza bienes físicos para almacenar valor. El bien más utilizado como forma de almacenamiento de valor en el mundo es el sector inmobiliario. Se estima que aproximadamente el 67% de la riqueza global se encuentra en propiedades. Sin embargo, recientemente, los vientos macroeconómicos y geopolíticos han resaltado las debilidades del sector inmobiliario como almacenamiento físico de valor. ¿Qué hacer si estalla una guerra? ¿Qué sucede si una vivienda utilizada como forma de almacenamiento de valor es destruida?
La palabra “inmobiliaria” en inglés se traduce como “real estate”, que literalmente significa “ser inmóvil”. Poseer bienes raíces crea una dependencia local que puede convertirse en un problema en un mundo cada vez más conflictivo y radicalizado. En caso de guerra, no se puede llevar consigo bienes raíces y pueden ser fácilmente destruidos.
Esto puede sonar como una distopía, pero creo que si uno está seriamente interesado en la gestión de riqueza a largo plazo, se debe considerar el peor escenario posible y su posible impacto global.
Guerra y destrucción de riqueza
Desde el comienzo del siglo XXI, la guerra nunca le ha costado tanto a la humanidad. Más de 238,000 personas murieron en conflictos el año pasado. Siria, Sudán, Ucrania, Palestina, Israel, Líbano: las fuentes globales de conflicto están aumentando. Algunas de estas áreas ya han sufrido una destrucción masiva. Ya no hay propiedades allí y el valor almacenado en ellas literalmente se ha evaporado. Es difícil imaginar los contratiempos financieros que la gente ha tenido que soportar, además del sufrimiento y el dolor que trae consigo la guerra.
Propiedad confiscada
Sin embargo, con Bitcoin existe una solución a la amenaza de destrucción de la riqueza almacenada en activos físicos. Como un almacenamiento digital cercano a lo perfecto, es difícil de destruir y fácil de mover. La introducción de Bitcoin en 2009 desafió el papel de los bienes raíces como forma de almacenamiento de valor preferida por la humanidad, ya que representa una mejor alternativa que permite a las personas proteger su riqueza con relativa facilidad.
Uno puede comprar pequeñas denominaciones de bitcoin, siendo la más pequeña 1 satoshi (1/100,000,000 de un bitcoin) por tan solo ≈ $ 0.0002616 (al 2/12/2024). Todo lo que se necesita para almacenarlo de manera segura es una computadora básica sin acceso a internet y un generador de clave BIP39, o simplemente comprar una billetera hardware por . En caso de que necesite mudarse, puede memorizar 12 palabras, la copia de seguridad (frase semilla) de su billetera, y “llevar” sus bitcoins consigo.
La digitalización optimiza casi todas las funciones de preservación de valor. Bitcoin es más raro, más accesible, más barato de mantener, más líquido y, lo más importante, le permite mover su riqueza en tiempos de crisis. Bitcoin es una riqueza que realmente le pertenece. Con la amenaza de guerra acechando en todo el mundo, creo que es mejor tener la riqueza en un activo digital como bitcoin que en activos físicos como bienes raíces, oro o arte, que pueden ser fácilmente gravados, destruidos o confiscados.
Cambios macroeconómicos
Además, los cambios en el panorama macroeconómico pueden devaluar rápidamente los bienes raíces. Por lo general, la compra de bienes raíces se realiza a través de un préstamo. Por lo tanto, las tasas de interés elevadas se traducen en una disminución de la accesibilidad para financiamiento, lo que resulta en una menor demanda y, posteriormente, una disminución de los precios de las propiedades. Podemos ver este escenario replicándose a nivel global en este momento, la combinación de aumentos en las tasas de interés y una reducción en la demanda está contribuyendo a la disminución de los valores de las propiedades en todo el mundo.
Bitcoin vs. Bienes raíces
Bitcoin se ve menos afectado por los problemas del sistema financiero fiduciario tradicional en comparación con los bienes raíces. Dado que opera de forma independiente al sistema, variables como las tasas de interés, las decisiones de los bancos centrales y las acciones gubernamentales arbitrarias tienen una influencia limitada en bitcoin. El precio está predominantemente determinado por su oferta, su programa de emisión y su tasa de adopción. Bitcoin sigue un modelo desinflacionario que implica una reducción gradual en su oferta a lo largo del tiempo hasta alcanzar un límite máximo en 2140. Aproximadamente cada cuatro años, los bitcoins otorgados a los mineros por ordenar con éxito las transacciones (cada 10 minutos) se reducen a la mitad.
El próximo evento de reducción a la mitad, programado para el viernes 19 de abril de 2024, se espera que reduzca la recompensa de bloque de 6.25 bitcoin a 3.125, lo que se traduce en una emisión diaria de 450 bitcoins en lugar de 900. Actualmente, Bitcoin tiene una tasa anual de inflación de alrededor del 1.8%, se espera que esta cifra baje al 0.9% después del próximo evento de reducción a la mitad. Después de eso, la tasa de inflación será casi insignificante. Además, una gran cantidad de bitcoins se han perdido y podemos esperar que muchos más se pierdan en el futuro. La disminución continua de la oferta aumenta aún más la presión deflacionaria en la red de Bitcoin. A medida que más y más personas (y máquinas) utilizan Bitcoin, el aumento de la demanda se contrarresta con una disminución de la oferta. Este movimiento deflacionario extremadamente fuerte no se puede observar en los bienes raíces. Aunque los bienes raíces también son escasos debido a la oferta limitada de terrenos para construir, no hay un límite máximo establecido. Se pueden desarrollar nuevos terrenos y las leyes de zonificación pueden permitir, por ejemplo, la construcción de pisos más altos.
Escasez absoluta
Para la mayoría de las personas, es difícil imaginar el impacto de una oferta fija en el precio de un activo. Antes de Bitcoin, no existía el concepto de una mercancía inherentemente escasa. Incluso el oro posee una oferta elástica. Un aumento en la demanda impulsa esfuerzos mineros más intensivos, una flexibilidad que no se aplica a Bitcoin. En consecuencia, con cada evento de reducción a la mitad, que significa una reducción en la oferta, el precio de Bitcoin asciende y continúa haciéndolo perpetuamente. Este aumento permanente persiste mientras exista una demanda correspondiente, una probabilidad atribuida a las excepcionales propiedades monetarias de Bitcoin.
Se espera que esta dinámica continúe incluso en medio de una crisis económica global. La oferta de bitcoin seguirá disminuyendo y es probable que el precio siga aumentando. Debido a la esperada demanda continua en tiempos de crisis, como se explicó anteriormente. Incluso la inflación puede tener un impacto positivo en el precio de Bitcoin, ya que conduce a una mayor disponibilidad de monedas fiduciarias que pueden ser invertidas en Bitcoin.
Conclusión
En un mundo marcado por la creciente radicalización y un sistema financiero sometido a una crisis profunda, Bitcoin emerge como una opción superior para almacenar valor, especialmente durante periodos de fluctuaciones macroeconómicas. Se espera que la importancia de Bitcoin aumente durante estos tiempos turbulentos, superando potencialmente al sector inmobiliario como forma de almacenamiento de valor preferida por la humanidad en un futuro lejano. La esperanza es que un número cada vez mayor de personas reconozca las ventajas de Bitcoin, no solo para la preservación de la riqueza sino, en circunstancias extremas, para garantizar su sustento.
Este es un artículo de invitado escrito por Leon Wankum. Las opiniones expresadas son completamente suyas y no necesariamente reflejan las de BTC Inc o Bitcoin Magazine.