Las nuevas regulaciones impuestas por la Autoridad de Conducta Financiera (FCA) del Reino Unido han generado una desaprobación inmediata por parte del público afectado. Estas regulaciones, impuestas silenciosamente a mediados de febrero, han tomado por sorpresa a muchos de los usuarios impactados. La FCA ya ha afectado a varios procesadores de pagos como PayPal y Luno, los cuales han suspendido la capacidad de los usuarios para comprar Bitcoin. Sin embargo, el enfoque principal de estas regulaciones ha sido el desarrollo de lo que la FCA llama “fricciones positivas”. Siguiendo decisiones anteriores en 2023 para combatir el aumento de los “finfluencers”, como la prohibición de bonos por referir a amigos y otros incentivos de sitios de inversión no relacionados con criptomonedas, la FCA ha orientado sus nuevas regulaciones a contrarrestar “las presiones sociales y emocionales para invertir”. En su mayoría, esta iniciativa se tradujo en una regla muy controvertida: cuestionarios y pruebas de competencia en todos los principales exchanges, impidiendo que los usuarios accedan a sus propios fondos.
El trasfondo de estas nuevas regulaciones es, como era de esperar, bastante complicado. En primer lugar, la FCA es un organismo regulador financiero que existe por voluntad del gobierno británico, pero no está directamente controlado por él. Aunque el Tesoro realiza nombramientos en esta junta directiva, sus funciones diarias son independientes de la supervisión directa. Por ejemplo, la agencia predecesora de la FCA, la Autoridad de Servicios Financieros (FSA), se fundó en parte para frenar la práctica de la autorregulación de la industria en el sector financiero, que es un tipo de asociación comercial reconocida legalmente. De hecho, CryptoUK, la asociación comercial de autorregulación en la esfera de los activos digitales de Gran Bretaña, se pronunció en contra de estas nuevas regulaciones.
Todo esto quiere decir que no es de extrañar que la FCA se sienta facultada para actuar de manera unilateral, especialmente cuando podría contradecir algunos de los objetivos económicos a largo plazo del Parlamento. El primer ministro británico, Rishi Sunak, ha convertido en una política ambiciosa el intento de promover el crecimiento en el ámbito de las criptomonedas. Sunak desea convertir al país en un “centro de criptografía”, atrayendo capital internacional y facilitando el desarrollo de la industria a través de una regulación amigable. No es de extrañar que Sunak haya identificado a Bitcoin como un área de crecimiento importante: un porcentaje sustancial de la economía existente de Gran Bretaña está impulsado por relaciones internacionales similares de larga data en el mundo de la banca y las finanzas, y las expectativas para la economía actual han estado rezagadas.
Entonces, si las mismas fuentes de ingresos han estado fallando en cumplir las expectativas, ¿por qué no mirar hacia una industria en rápido crecimiento que sin duda se beneficiaría de estos lazos existentes? Sunak afirmó que el primer punto en su agenda pro-Bitcoin ha sido aprobar una legislación clara sobre una stablecoin, pero las nuevas regulaciones de la FCA también han estado muy altas en su lista de prioridades. Entonces, solo queda una pregunta. ¿Por qué una agenda destinada a colocar a los exchanges bajo el “mismo marco legal que abarca la banca de inversión y los seguros” ha llevado a una intromisión tan excesiva?
Para empezar, la FCA ha sido marcada por una notoria hostilidad hacia Bitcoin en los últimos meses. Aunque Estados Unidos ha hecho titulares en todo el mundo con su aprobación de un ETF spot de Bitcoin, el ETF de futuros con vínculos más indirectos con la valoración real de Bitcoin ha sido legal mucho antes que eso. La FCA, sin embargo, estableció un cierre completo de los derivados relacionados con Bitcoin en 2021 y no ha dado ninguna indicación de que deseen cambiar esta postura. Esta actitud retrógrada coloca a Reino Unido no solo por detrás de Estados Unidos, sino también de la mayoría de sus otros socios comerciales más importantes; tanto prominentes miembros del mundo angloparlante como Canadá y Australia, así como la Unión Europea, han comenzado a adoptar este mercado multimillonario de derivados. Incluso Hong Kong, con estrechos vínculos económicos con Gran Bretaña, ha demostrado una mayor receptividad en este aspecto. La actitud conservadora de la FCA hacia una industria tan grande y en crecimiento no ha pasado desapercibida, cabe decir. Lisa Cameron, diputada y presidenta del Grupo Parlamentario Multi-Partidista de Activos Cripto y Digitales (APPG), ha hecho declaraciones públicas en línea con informes publicados por APPG, afirmando que el mundo de Bitcoin es de vital importancia económica. Aunque “El APPG ha dejado claro en su informe de investigación reciente que… debemos asegurarnos de que el Reino Unido tenga normas sólidas en términos de regulación y protección al consumidor”, dijo Cameron. “El APPG es consciente de que el nuevo régimen de promociones financieras ha causado complicaciones para algunas empresas de cripto y digitales, y de los informes de que varios operadores han pausado sus compras de cripto mientras se adaptan al nuevo régimen”. Luego agregó que “si bien la protección al consumidor debe seguir siendo una prioridad principal, el gobierno y los reguladores también deben cuidar de no disuadir inadvertidamente a los operadores responsables y regulados de elegir invertir en el Reino Unido”. Entonces, si nada más, la preocupación por estas regulaciones es compartida por legisladores reales y no solo por la comunidad. La crítica de Cameron parece especialmente notable en el sentido de que solo ha sido parte del partido de Sunak desde octubre de 2023, habiendo ganado previamente 3 elecciones bajo la insignia del SNP. Además, Coinbase también ha llamado la atención con la contratación en enero de George Osborne, ex canciller del Tesoro, como asesor. Teniendo en cuenta que Coinbase es uno de los exchanges más directamente afectados por estas nuevas reglas, un hombre que estuvo a cargo del Tesoro durante 6 años seguramente tendrá consejos útiles.
En otras palabras, existen posibles fuentes de oposición desde varios sectores diferentes, ya que tanto figuras gubernamentales como líderes de la industria han expresado sus objeciones, junto con los consumidores en general. En cuanto a un cronograma sobre el cambio de políticas de la FCA, sin embargo, cualquiera puede adivinarlo. Mientras tanto, ha habido varias interacciones importantes entre el sistema legal británico y el mundo de Bitcoin. Craig Wright, el llamado “Satoshi falso”, está actualmente involucrado en un caso judicial por sus continuas afirmaciones de que es el verdadero inventor de Bitcoin. Si el tribunal falla en su contra, puede significar el fin de un episodio recurrente en la subcultura de Bitcoin. De manera similar, aunque Estados Unidos es conocido por realizar las incautaciones de Bitcoin a gran escala más destacadas, las fuerzas del orden británicas lograron incautar más de £1.4 mil millones en Bitcoin a fines de enero.
Es probable que las reglas establecidas por la FCA se relajen de una forma u otra, ya que el gobierno británico ha dado tanta prioridad a hacer que estas nuevas regulaciones sean amigables para la industria. Si la resistencia es lo suficientemente fuerte y variada, quedará claro que es necesario tomar un nuevo rumbo. La estrella económica de Bitcoin ha ido en aumento en los últimos años y es demasiado poderosa como para que los reguladores no electos puedan oponerse con un alto grado de terquedad. Si lo podemos ver en la lucha de Estados Unidos por un ETF de Bitcoin, lo podemos ver en la oposición a la FCA: nadie es lo suficientemente fuerte para desafiar la supremacía de Bitcoin.