La disciplina fiscal a rajatabla como ineludible esencia libertaria. Lo que intenta este gobierno libertario es una transformación profunda de todo el sistema económico argentino por lo que, dada mi convicción liberal, suelo coincidir en muchos de sus planteamientos. Sin embargo, creo que es necesario explorar desde una nueva perspectiva los temas y conceptos subyacentes a esta propuesta.
La disciplina fiscal implica un estricto control del gasto público y la reducción del déficit fiscal. Desde una visión tradicional, esto se ve como una medida necesaria para evitar el endeudamiento excesivo y la dependencia de los mercados internacionales. Sin embargo, desde una nueva perspectiva, podríamos replantear esta idea y proponer un enfoque más inclusivo.
En lugar de enfocarnos únicamente en reducir el déficit, podríamos centrarnos en cómo mejorar la eficiencia en el gasto público y promover una distribución más equitativa de los recursos. Esto implicaría invertir en infraestructura, educación y salud, áreas clave para el desarrollo social y económico. Al hacerlo, no solo estaríamos cumpliendo con los principios de disciplina fiscal, sino también generando beneficios a largo plazo para toda la sociedad.
Además, es importante considerar el papel de los impuestos dentro de la disciplina fiscal. En lugar de enfocarnos únicamente en reducir las tasas impositivas, podríamos analizar cómo hacer que el sistema tributario sea más justo y progresivo. Esto significa gravar de manera adecuada a aquellos que tienen mayores capacidades económicas y garantizar que todos contribuyan de acuerdo a sus posibilidades.
Otro aspecto a considerar es la relación entre disciplina fiscal y políticas sociales. Desde una perspectiva tradicional, se ve como una contradicción invertir en programas sociales y mantener la disciplina fiscal. Sin embargo, podríamos proponer un enfoque innovador en el cual las políticas sociales se vean como una inversión a largo plazo. Por ejemplo, programas de transferencias de ingresos podrían incentivar la inclusión social y reducir la pobreza, lo que a su vez tendría impacto positivo en la economía en general.
En resumen, la disciplina fiscal puede ser vista desde una nueva perspectiva que no solo se enfoque en la reducción del déficit, sino también en la eficiencia en el gasto público y la equidad en el sistema tributario. Además, podemos replantear la relación entre disciplina fiscal y políticas sociales, considerando las inversiones a largo plazo que estas pueden generar. De esta manera, lograremos una transformación profunda del sistema económico argentino que promueva el desarrollo social y económico de forma inclusiva.