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“Libertad para Julian Assange: En defensa de la información libre e independiente”


Libertad para Julian Assange: en defensa de la información libre e independiente

Me encuentro en Londres, donde junto con mi colega europarlamentaria Sabrina Pignedoli, seguiré las dos días de audiencias en las cuales la Alta Corte de Justicia británica decidirá sobre el recurso presentado contra la extradición de Julian Assange a los Estados Unidos. Desde el año 2019, Assange se encuentra detenido en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh por haber revelado los crímenes de los gobiernos occidentales en Iraq y Afganistán. En caso de ser extraditado, podría enfrentar hasta 175 años de prisión en los Estados Unidos. Como bien haya dicho Stella Assange, la esposa de Julian, la Corte decidirá básicamente si el fundador de Wikileaks debe vivir o morir. Y con él, también la información libre e independiente. Es el momento de hacer oír nuestra voz más fuerte que nunca: revelar crímenes no es un delito. Libertad para Julian Assange.

El caso de Julian Assange ha generado una gran controversia a nivel mundial. Desde su arresto en 2010, ha sido considerado tanto un héroe de la libertad de expresión como un criminal peligroso. Sin embargo, más allá de las opiniones encontradas, es indudable que su labor periodística ha tenido un impacto significativo en la forma en que percibimos el poder y la corrupción en el mundo.

Assange y su plataforma Wikileaks se han dedicado a publicar información clasificada que expone los abusos de los gobiernos y las instituciones poderosas. Sus filtraciones han revelado violaciones de derechos humanos, corrupción y manipulación política, causando un terremoto en la opinión pública y desencadenando investigaciones y acciones judiciales en todo el mundo.

Sin embargo, el caso de Assange también ha levantado preguntas incómodas sobre la relación entre el periodismo y la seguridad nacional. ¿Hasta qué punto debe un periodista exponer secretos gubernamentales en aras de la transparencia y el bienestar público? En un mundo cada vez más vigilado y controlado, ¿cómo podemos proteger la libertad de prensa sin poner en peligro la seguridad nacional?

La respuesta a estas preguntas no es sencilla, pero lo que resulta claro es que el caso de Assange pone a prueba los límites de nuestra sociedad democrática y del derecho a la información. ¿Tenemos el derecho de saber lo que hacen nuestros gobiernos en nuestro nombre? ¿O debemos confiar ciegamente en su juicio y su capacidad para protegernos?

La extradición de Assange a los Estados Unidos significaría un precedente peligroso para la libertad de prensa y para todos aquellos que deseen desafiar al poder establecido. Si Assange es condenado por revelar crímenes de guerra y corrupción, ¿qué impulso tendrán en el futuro otros periodistas y activistas a exponer la verdad? ¿Qué miedo sentirán aquellos que tengan información valiosa pero teman represalias?

Es por ello que debemos hacer oír nuestra voz más fuerte que nunca. La libertad de prensa es uno de los pilares fundamentales de nuestra democracia, y no podemos permitir que sea socavada bajo ninguna circunstancia. La información libre e independiente es esencial para una sociedad informada y consciente, y debemos protegerla a toda costa.

Exijamos la liberación de Julian Assange. Exijamos el respeto a la libertad de prensa. Exijamos transparencia y rendición de cuentas. Porque revelar crímenes no es un delito, es un acto de valentía y honestidad hacia nuestros conciudadanos. En este momento crucial, unámonos en defensa de la información libre e independiente y alzamos nuestra voz: ¡Libertad para Julian Assange!

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