Ir al contenido

NO VIVIMOS EN DEMOCRACIA

La afirmación del título no se refiere a un gobierno de determinada facción política ni a la aplicación de determinadas medidas.

Lo que intento mediante estas humildes palabras es hacer ver al común de la gente, que todo el mundo se llena la boca con la palabra democracia, pero que estamos lejos de ser una. A las pruebas me remito:

Primeramente tenemos que decir que etimológicamente democracia viene del griego “demos” que puede traducirse como pueblo y “kratos” que puede traducirse como poder. O sea que en una traducción literal es el poder del pueblo.

Entonces nos encontramos con la primer contradicción legislativa Argentina: Art. 22 de la Constitución Nacional: “El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por esta Constitución…” Osea el pueblo no gobierna directamente, tiene que elegir a alguien: ¿A quién? ¿Puedo elegir al que quiero? la respuesta acá es ambigua.

Si puedo elegir al que quiero, pero no cualquiera, sino entre los candidatos al cargo. Por ejemplo mi vecino Tito es un excelente administrador, y creo que podría llevar mejor la provincia adelante que su actual gobernador, pero no puedo votar a Tito, ¿Por qué? Tito no se postula a ningún cargo, y lo más importante, no pertenece a ningún partido político.

¿Partido Político? Si Señoras y Señores, según el art. 38 de la Constitución Nacional: “Los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático. Su creación y el ejercicio de sus actividades son libres dentro del respeto a esta Constitución, la que garantiza su organización y funcionamiento democrático, la representación de las minorías, la competencia para la postulación de candidatos a cargos públicos electivos, el acceso a la información pública y la difusión de sus ideas…” Como se puede observar solamente se puede elegir a un candidato presentado por un partido político. Entonces ¿cuántas opciones tenemos? Muy pocas.

Recordemos que en nuestro país están las elecciones primarias, las llamadas PASO: ¿Para qué sirven? Tienen una doble función, la primera es resolver las internas dentro de un partido y la segunda ver si se alcanza un porcentaje mínimo de 1,5% del electorado para poder competir en la elección general.

Un ejemplo de la realidad: en 2015 se presentaron 11 fuerzas a competir en las PASO, pero a las generales llegaron solo 6. El destino del país se definió entre solo 6 personas. ¿Por qué las otras quedaron afuera? Porque ninguna llego al 1,5 %. ¿Y cuánto es el 1,5%? Aproximadamente 482 mil votos. Es mucho ¿no?, pero con el sistema PASO se deja afuera a 1,83 % de los votos o sea 588 mil votos aproximadamente que tuvieron que cambiar su voto.

Continuemos de los 6 candidatos a las presidenciales, solo dos quedaron con chance de ganar. Según el art. 97 de la Constitución nacional: ” Cuando la fórmula que resultare más votada en primera vuelta, hubiere obtenido más del cuarenta y cinco por ciento de los votos afirmativos válidamente emitidos, sus integrantes serán proclamados como presidente y vicepresidente de la Nación” y el Art. 98: “Cuando la fórmula que resultare más votada en la primera vuelta hubiere obtenido el cuarenta por ciento por lo menos de los votos afirmativos válidamente emitidos, y además existiere una diferencia mayor de diez puntos porcentuales respecto del total de los votos afirmativos válidamente emitidos sobre la fórmula que le siguen en número de votos, sus integrantes serán proclamados como presidente y vicepresidente de la Nación”

Representemos numéricamente lo dicho por la Constitución: de los 32.130.853 habilitados para votar en 2015, si obtenía el 14.459.000 ya ganaba y si obtenía 12.852.000  solo tenía que esperar que el otro obtuviera diferencia de más de 10 % o sea 3.200.000.

Aun más

Sigamos: Pero en esta elección no se llegó a mayoría en las elecciones generales. Los dos candidatos principales obtuvieron entre los dos el 71, 23 % de los votos, aproximadamente 22.887.000,  por lo que 28,77 % (unos 9.244.000) tienen que cambiar su voto.

Y esto es solo para la elección de presidente, ya que los números para elegir otros representantes, es más complejo aun.

Con esto es fácil demostrar que tan acotado es el marco de la elección libre de un representante.

Recapitulemos. El gobierno del pueblo, donde el mismo no delibera ni gobierna, que tiene que elegir obligatoriamente un representante, pero no cualquiera, sino uno que pertenezca a un partido político, pero no cualquiera, sino quien se postule, pero no cualquiera, sino quien obtenga determinados porcentajes en las sucesivas elecciones … ¿Eso qué es?

Buceando en las teorías del derecho político encontré cual es el sistema político que tenemos y más de uno se sorprenderá: tenemos una Aristocracia.

La aristocracia fue definida como el gobierno de los mejores, refiriéndose a los mismos como los más preparados. No todo el mundo, solo los más preparados. Como ya explique el Art. 38 de la Constitución dice que el Estado debe prepararlos a los integrantes del partido político. Aristocracia. Un grupo de personas “elite” alternándose en el poder y sin dejar entrar a nadie. ¿Qué diferencia hay con los Patricios que gobernaron Roma a fines de la era cristiana?

Hay una frase muy común siempre que se acercan las elecciones: “No sé a quién elegir” “Son Siempre los mismos”. Nadie se preguntó nunca ¿por qué? respuesta: Aristocracia.

Este análisis es solo en Argentina, pero es aplicable a la mayor parte de los sistemas políticos mundiales (sino a todos).

En síntesis vivimos en una aristocracia disfrazada de democracia indirecta donde tenemos acotado todas las elecciones posible.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *