El tatuaje tiene un historia milenaria, a veces creemos que en realidad es una costumbre de la modernidad; pero esto no es así. Culturas tan antiguas y diversas como las sociedades de Egipto, Japón o la Polinesia han recurrido a ellos. Y esta antigua tradicional del tatuaje, fue rescatada y potenciada en la modernidad. La llegada de técnicas modernas permitió la realización de tatuajes más precisos, más seguros; pero también permitió una explosión artística con decenas de estilos de tatuaje distintos .
El tatuaje se ha convertido en un verdadero arte. Con cánones estéticos propios, con costumbres propias. Que trabaja sobre un lienzo vivo, qué evoluciona con el paso del tiempo; haciendo que la obra cambie, evolucione y mute. Pero no sólo las obras en sí han evolucionado, sino también el mismo mundo del tatuaje. Los últimos 10 años a vivido una verdadera revolución. La profesionalización, la exigencia ha llegado al mundo del tatuaje. Y para resaltar es necesario que cada vez, los artistas, tengan más herramientas, más habilidades y más conocimientos.
Hace no muchos años, 15 años, los artistas del tatuaje no salían de unos pocos estilos tradicionales. Sin embargo, como todo buen arte, han tomado expresiones e ideas de otras disciplinas, lo cual ha permitido que se expandan las posibilidades a lugares nunca antes vistos. 15 años atrás no sería muy raro encontrar a una persona con un corazón tatuado, pero no un corazón en su versión realista, con las venas, con las arterias; con sus relieves y con sus formas. Sino con una simple figura de un corazón de dos lineas. Hoy eso cambió. Encontramos personas que eligen los tatuajes en estilo anatómico. O mejor aún. ¿Por qué limitarse a una imagen de lo que existe? ¿Por qué no creamos lo que aún no? Como el estilo biomecánico. Qué imagina que debajo de la piel existe partes mecánicas que sostienen el funcionamiento del cuerpo. El tatuaje es una pequeña extracción de la capa de piel que recubre, y que devela el interior. O pensando en algo completamente diferente: un tatuaje de un dibujo animado. Ya no es algo que nos compone físicamente, sino emocionalmente. Es parte de nosotros, es parte de nuestra esencia. ¿Por qué no mostrarlo en nuestro exterior? O también ¿Por qué no simplemente decorar nuestra piel? Sin más significado por detrás que sólo volverla más bella. Patrones, dibujos, líneas. Todo lo que pueda salir de la mente humana.
Actualmente hay más de 60 estilos distintos, sin contar con los subestilos y escuelas, la clasificación es compleja; sin embargo hay algo no es nada difícil de sostener: el tatuaje se ha consagrado como un verdadero arte. Un arte íntimo que busca, un arte a flor de piel. Que tiene una magia única siempre que se encuentren un buen lienzo (sic) y un buen artista. Posee la magia de poder utilizar lo más externo que tenemos, la piel, para poder expresar lo cosas más internas que nos representan, o que sentimos. Con la gran posibilidad de llevar ese arte todos los días en la piel, de verlo, sentirlo y recordarlo cada vez que nos miramos a nosotros mismos.